Es fácil decirlo, pero lo que en realidad tiene que hacer es poner manos a la obra. Aquí le diremos por dónde empezar:
Cuando vaya al supermercado, compre solamente productos sanos, desde frutas y verduras hasta leche sin grasa. Compre en la sección de alimentos frescos. Evite los enlatados. Elimine los alimentos fritos del menú. Busque sustitutos. En vez de comprarse una gran bolsa de papitas fritas, prefiera palomitas de maíz o trozos de frutas para esas tardes de televisión. Al preparar la comida, añada más fibras, ya sea mediante verduras o acompañando con ensaladas. Coma a diario una ración de frutas o verduras.
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