Amigos, si ustedes creen que sólo en los cuentos las hadas hacen realidad los sueños a príncipes y princesas, rompiendo hechizos y convirtiéndolos en un matrimonio feliz, se equivocan, ya que ahora vivimos en el siglo XXI, donde las hadas también son hombres. ¿Qué? Así como leen, Esther y Charlie Stewart se consiguieron un "hado padrino". ¡Ja, ja, ja! Y éste ayudó a Charlie a convertirse en el hombre más romántico del año cuando hizo realidad uno de sus sueños: pedirle matrimonio a su pareja. ¡Ay, qué lindo!
Sí señores, nos cuenta Charlie que la mañana del jueves quiso celebrar el cumpleaños de su esposa Esther de una manera diferente. ¿Cuál? Pidiéndole matrimonio, por lo que puso a maquinar su genial cabeza. En segundos, se le prendió el foco, ¿y adivinen a quién llamó? Pues, al mejor conocedor de boxeo... y de bodas. ¿Qué? Tranquilos... Se trata de Juan Carlos Tapia, quien es uno de sus mejores amigos, y en segundos le tenía listo el lugar, banquete, la lista de invitados, el guitarrista y, por supuesto, el juez.
¡UNA VELA ROMANTICA!
Charlie y su esposa todavía emocionada por lo sucedido, nos contaron que Tapia, desde ese entonces, se convirtió en organizador, maestro de ceremonia, testigo y padrino; mientras Charlie recorría las calles de la ciudad buscando exámenes, anillos y algo para estar "chapop". ¡Jooo! La mañana del viernes la utilizó para maquinar lo demás: quién se llevaba a las niñas y cómo llegar al lugar donde culminaría uno de sus sueños.
"Mami, te invito a una cena romántica para dos"... ¡Humm!... ¿Se imaginan esas palabras con su dulce voz de DJ? Nadie puede resistirse, así que su esposa aceptó y en la noche, después de muchos apuros y de que la suegra de Charlie le hiciera, supuestamente, el favor de cuidar las niñas, partieron al restaurante "El Bodegón", que les aclaro, por casi no llegan del apuro de Charlie, ya que casi se estrellan cuatro veces. ¡Con calma!
Al llegar al restaurante algo andaba mal. "¿Qué hace el carro de Eddy Vásquez aquí?", preguntó Esther. ¡Ajá!... "no sé mi amor", pero al entrar amigos, familiares y allegados esperaban a la feliz pareja que hasta ese momento celebraría sólo un cumpleaños.
EL HAPPY BIRTHDAY
De repente... ¡zas!... se escuchó el cumpleaños feliz... pero había algo raro, el dulce parecía de bodas, por lo que Esther preguntó: "¿Hay algo más?". En segundos el discurso de Charlie: "Esto ... ehhh ... ¿te quieres casar conmigo?" ¡Llanto por aquí y por allá! Y de pronto una respuesta: "Qué más puedo decir"... "Dime algo", dijo Charlie. "¡Sí!, acepto", respondió Esther, pero ella no sabía qué sucedería después. De la nada aparecieron dos sillas, una mesa, muchos papeles, un notario y un juez. ¿Qué pasó? "Pues, nos casaremos ya", dijo Stewart. ¡Wao! ¡Qué lindo! Bueno, lo demás es cuento de hadas: "los declaro marido y mujer". ¡Muaaa! ¡Qué digo Cenicienta! Charlie, ésta es y seguirá siendo la boda del 2005. ¡Congratulaciones!
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