
Doña Rosa Eneida ya no podía caminar por la artritis.
“Se me fue mi compañera”.
Kendall estuvo allí por la gran amistad que lo une a los Ábrego.
Doña Rosa Eneida ya no podía caminar por la artritis.
“Se me fue mi compañera”.
Kendall estuvo allí por la gran amistad que lo une a los Ábrego.
Doña Rosa Eneida ya no podía caminar por la artritis.
“Se me fue mi compañera”.
Kendall estuvo allí por la gran amistad que lo une a los Ábrego.
Doña Rosa Eneida ya no podía caminar por la artritis.
“Se me fue mi compañera”.
Kendall estuvo allí por la gran amistad que lo une a los Ábrego.
Doña Rosa Eneida ya no podía caminar por la artritis.
“Se me fue mi compañera”.
Kendall estuvo allí por la gran amistad que lo une a los Ábrego.
Un lamentable suceso sucedió en la madrugada de ayer, el famoso acordeonista Manuel de Jesús Ábrego, perdió a su madre, Rosa Eneida Hernández, de 62 años de edad, a causa de un paro cardiaco.
Cuenta el tipiquero que recibió una llamada en la mañana, mediante la cual le avisaban del deceso. “Mi papá fue el que encontró el cuerpo de mi mamá sin vida en su habitación ayer. Antes de eso, yo había hablado con ella y me dijo que se encontraba bien, que había regresado del médico y que le dijo que todo estaba bien”, concluyó el famoso.
Mientras, Manuel de Jesús Ábrego, padre, esposo de Rosa Eneida, por 41 años, muy triste y con pocas palabras nos habló de su irreparable pérdida. “Ella estaba sufriendo de muchas enfermedades; una era artritis y la otra, diabetes, pero de la que más se quejaba era de los fuertes dolores de los huesos (artritis)”, mencionó el arreglador de acordeones.
Don Manuel no vaciló en recordarla muy lindo, cuenta que su matrimonio fue muy sano, ya que rara vez peleaban. “Nos llevábamos muy bien, nos entendíamos, incluso hasta trabajábamos en una fonda, con la que nos beneficiamos mucho. Ella cocinaba muy rico”, mencionó.
Una gran madre
Por su parte, “El Consentido” no dudó en decir que su madre era una gran consejera, atenta, cariñosa y trataba muy bien a los integrantes de la agrupación. “Mi madre me enseñó a cocinar, ya a lo último era yo el que le cocinaba por su enfermedad”, fueron palabras muy lindas que expresó Manuel de Jesús.
Lo más emotivo es que, a pesar de que la pérdida de una madre es un dolor muy profundo, Manuel aseguró que quien le da esas fuerzas para soportar esta tristeza es su madre que está en el cielo.
Les cuento que la casa donde nació y creció el acordeonista Manuel de Jesús Ábrego fue muy concurrida por familiares, amigos y vecinos, quienes llegaron a darle el pésame, como Kendall Royo, quien hasta nos habló que la señora Rosa Eneida era muy buena cocinando. “Cocinaba de todo, siempre que yo llegaba aquí, le preguntaba si ya estaba la comida y qué había de comer. Siempre, ella siempre me recibía con mucha alegría”, contó el presentador de TV.
Honras fúnebres
Hoy será cremada y luego se le dará el último adiós a la fallecida en la Iglesia Colonia de Paz, en Arraiján, a las 4 p.m.