Dieron una atención de mal gusto


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Ayer le dieron el último adiós al señor Gregorio. Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Dieron una atención de mal gusto

    Ayer le dieron el último adiós al señor Gregorio. Fotos: ROBERTO BARRIOS

  • Dieron una atención de mal gusto

    Era un señor al que le gustaba trabajar la tierra.

  • Dieron una atención de mal gusto

    Los familiares exigen justicia.

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    Ayer le dieron el último adiós al señor Gregorio. Fotos: ROBERTO BARRIOS

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    Era un señor al que le gustaba trabajar la tierra.

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    Los familiares exigen justicia.

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    Ayer le dieron el último adiós al señor Gregorio. Fotos: ROBERTO BARRIOS

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    Los familiares exigen justicia.

Leynis Cedeño - DIAaDIA

Lloran su partida. La víctima número 50 por la bacteria nosocomial Klebsiella Pneumoniae Carbapenemasa (KPC), Gregorio Murillo Delgado, de 90 años, fue enterrado ayer en Nuevo Emperador de Arraiján, por sus familiares, quienes entre llanto y dolor contaron lo sucedido.

De acuerdo con su hijo, quien lleva el mismo nombre, el señor estuvo un mes en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social (CSS), desde el pasado 18 de julio.

Murillo (hijo) precisó que su padre, de origen veragüense, fue a este centro hospitalario, porque tenía una lesión en uno de los dedos del pie.

“Se le hicieron todos los exámenes y salió bien, pero un día nos dijeron que tenían que amputarle la pierna”, relató. Posteriormente, a su padre se le hinchó la barriga.

Un mes de martirio

El informe que les dieron los médicos a los familiares fue que don Gregorio Murillo tenía una infección en las vías urinarias. Los días pasaron y la inflamación desapareció, razón por la cual le dieron de alta. No obstante, el 18 de agosto le confirmaron que su padre era portador de la bacteria KPC, pero que estaría mejor y lo enviaron para su casa, con la condición de que lo cuidaran bien.

Cuatro días después, murió.
..

El 22 de agosto en la madrugada, al señor Murillo se le presentó una crisis respiratoria, por tal motivo, familiares llamaron al 911 y lograron llevarlo a la Policlínica Blas D. Gómez Chetro, ubicada en Arraiján.

Su hijo enfatizó que mientras estuvo en la Policlínica, los médicos que atendieron el caso de su padre se apartaron de él al enterarse de que era un paciente con KPC. ”Me sacaron de la sala y unos minutos después, el paramédico del 911 fue quien me dijo que mi padre había muerto”.

 
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