Hola, me alegra saber que puedo contar contigo, aunque sea por medio de un correo o una columna. Mi historia tal vez es igual a la de muchos otros, tengo problemas amorosos.
Soy una chica de 36 años que se enamoró de un hombre de 26 y quien creyó su vida sería diferente desde que se metió con él, pero parece que me equivoqué.
Moza, ese hombre y yo estábamos bien, pero a los seis meses de conocernos las cosas empezaron a cambiar. Es que yo empecé a celarlo por todo, ya que temía que se fuera de mi lado; después empecé a acosarlo, lo buscaba en su trabajo y él, aburrido, decidió que nos separáramos. Empecé a tener problemas en mi casa y usé a una amiga para que se los contara y él me buscó para ayudarme. Allí aproveché y empecé a reconquistarlo, pero ya no era igual, salimos, iba a verme, se quedaba un día y otro no, y así. Pero, en menos de lo que creyó, le di un hijo. Sabes, eso fue peor, las cosas empeoraron porque él dice que yo lo utilicé, pero se hizo cargo de los dos. De repente todo era un infierno, al punto que lo agredía a cada rato y él, cansado, tomó la decisión de dejarnos y me puso una pensión, aunque estoy segura de que eso le partió el alma por su hijo.
Moza, en estos momentos me ayuda económicamente y ve a su hijo cuando yo quiero, pero estoy enojada porque sé que tiene una nueva relación y a mí no me da la gana que sea feliz. Yo lo amo y quiero que sea para mí, por eso le dije que si no deja a esa chica no verá más a su hijo. Te escribo para que me des un consejo. Chao, Cherry.
NO SEAS EGOISTA
Hola Cherry, lo que me cuentas es doloroso, pues no puedo creer que tengas tan malos sentimientos.
Me parece que actúas mal y lo que tienes que hacer es dejar que sea feliz, aunque no sea a tu lado. Mira, soy de las que piensa que cuando uno no es feliz con alguien y tiene muchos problemas, es mejor dejar las cosas por la paz y darse otra oportunidad. Con respecto a tu actitud egoísta de no dejarlo ver a su hijo, recuerda que le da su pensión y que si va a la ley saldrás perdiendo. Además, no tienes derecho a privar a tu hijo de ver a su padre. Date un chance. ¡Suerte!
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