A pesar de que en Chiriquí, el llamado a paro por parte de los educadores no ha sido del todo efectivo, sí ha afectado la venta de alimentos en los kioscos.
El joven Tomás Gaitán, administrador del kiosco dentro del colegio Francisco Morazán de David, indicó que en lo que va del paro sólo está vendiendo un 10% de lo que, en realidad, los estudiantes compran en tiempos de clases normales.
"Hasta abrí el kiosco. Hay pocos estudiantes y no vale la pena venir", dijo.
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