Gracias, Nazareno. A pesar de que no ha podido descansar desde su llegada de Beijing, el campeón mundial y olímpico del salto largo, Irving Saladino, acudió ayer a la histórica comunidad de Portobelo, para agradecer al Nazareno el milagro recibido por el triunfo.

"Yo tenía esto prometido al Nazareno que si ganaba le pondría una vela" dijo Saladino que se siente extraño, ya que no puede caminar las calles como antes, por estar asediado por las cámaras y la gente.

Saladino lo primero que hizo a su llegada a Portobelo fue dirigirse al altar donde está el Cristo Negro de Portobelo y orar con dos velas que encendió y colocó junto a los candelabros.

En la Iglesia, la misa se realizó con los congos de Portobelo, y se le entregó un reconocimiento por parte de Monseñor Audilio Aguilar, obispo de Colón y Kuna Yala.

En Portobelo, la Alcaldía y la comunidad le tenían preparado un reconocimiento y varios eventos en su honor, como la competencia de cayucos y la entrega de pergaminos y de un cuadro con su rostro.

NIEGA SUPUESTO NOVIAZGO

Sobre los supuestos rumores de alguna relación sentimental, Irving dijo que su corazón no tiene dueña, ya que tiene muchas ocupaciones y no hay tiempo para esas cosas.

De igual forma, desmintió que tenga alguna relación amorosa con alguna chica que trabaje en la televisión local.