Un segundo respiro para la natación

Al parecer, el plan que se trazó Carlos Castillo hace algunos meses como presidente de la Federación Panameña de Natación está rindiendo sus frutos. ¿Por qué lo digo? Es evidente que en el campeonato nacional que se dio el pasado fin de semana en la piscina Eileen Coparropa se demostró que las ganas están, lo que hace falta es el “vil metal”.

Claro, como todo buen preguntón, me pareció pertinente interrogar a los representantes de las cinco ligas de natación cómo hacían para entrenar en las provincias y la manera en que sufragaban los gastos para estar en Panamá por varios días. Ahí me di cuenta de que para incentivar la disciplina en las provincias centrales todo es más difícil.

Cuando abordé a una madre de familia de la provincia de Herrera, me dijo: “Nosotros tenemos una piscina de 25m y allí practican los muchachos. Para poder subsistir, tenemos que hacer actividades para recoger fondos (ventas de comida, bingos, tamales, etc.), y así poder traer a los muchachos a Panamá”.

Por su lado, la gente de Colón y Chiriquí no fue la excepción, siempre sacando de sus bolsillos para tener la satisfacción de ver a un hijo, primo, vecino o amigo ganar una medalla, aunque sea de níquel.

Al finalizar el certamen, pude rescatar algo bueno en cuanto a apoyo económico, existen marcas que han visto que la natación viene creciendo y los están apoyando. Era bueno ver cómo llamaban a los nadadores para que llenaran un formulario y dependiendo de su rendimiento en el campeonato, ellos escogían a quiénes iban a patrocinar. Las empresas no son tontas, no se sabe cuántos Diego Castillo, Edgar Crespo, Ismael Ortiz o Eileen Coparropa, en potencia, podrían llevar su patrocinio en un mundial de natación o en unos juegos olímpicos. Ya Panamá está a ese nivel.

Esperemos que en un futuro no se tenga que vender tamales, bollos o gallinas para que los nadadores del interior vengan a un nacional de natación.