
Perdieron sus pertenencias.
Perdieron sus pertenencias.
Amanecieron limpiando. Esos fueron los residentes de Campana, distrito de Capira, a quienes no les quedó de otra que limpiar el lodazal por los estragos que causó el desbordamiento del río, el jueves, producto de las lluvias.
Diez casas se inundaron en su totalidad, en donde se mojaron y se dañaron sus enseres, ropa y artefactos eléctricos. Yoya González, en medio del llanto, admitió que no les quedó de otra que ver sus pertenencias flotar en el patio de las casas sin que pudieran hacer nada. Calificó de impresionante la manera de cómo el agua se introdujo a las viviendas.
En las montañas de Campana, los derrumbes dejaron incomunicadas a unas 50 familias, por lo que se vieron obligados a usar caminos alternos para que los niños fueran a la escuela y los adultos a sus trabajos.
El Ministerio de Obras Públicas llegó con equipos apropiados y maquinarias para limpiar la vía que conduce hacia las montañas de Capira y dragar el río.