Poco le falta para prenderles velas a los camisas rojas. Y no es para menos, pues le devolvieron la vida a su hijo más pequeño.
Carlos Luis Aguilar, de tan sólo un año, tiene una anécdota que le marcó la vida. Su madre Argelia Bethancourt manifestó a DIAaDIA que el pasado 11 de agosto su hijo cayó en la lavadora, mientras ella le preparaba una mamadera.
Contó que el niño se estaba bañando en la tina y seguía llenando la tina de la lavadora, y en un descuido el menor cayó. "Cuando miré hacia atrás, sólo le vi los piecitos, lo saqué y pegué un grito", comentó.
De inmediato su hijo mayor salió en busca de ayuda en el cuartel de bomberos Juan Antonio Guizado. A los pocos minutos, los camisas rojas acudieron en su ayuda y le dieron los primeros auxilios. Fueron grandes momentos de tensión y nerviosismo.
El Cabo Segundo, José Batista, fue uno de los rescatistas. Éste manifestó que la calma es la clave en estos casos y para eso están capacitados. Y aunque la situación era crítica, "había que salvarle la vida a toda costa", recalcó. A Luis se le dio respiración boca a boca y recobró los signos vitales. El galeno Rodolfo Cogley, que labora en dicho cuartel, admitió que el mérito le pertenece a los miembros de la Guardia Permanente, ya que cuando le llevaron al niño, presentaba un preocupante cuadro respiratorio y quizá hasta cardíaco. El bebé está fuera de peligro.
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