El ingenio de la delincuencia no tiene barreras. Un hombre trató de introducir cuatro bistecs de carne, pero en vez de rellenarlos con ingredientes, lo hizo con bolsitas de marihuana.
Los bistecs estaban casi perfectos y no se notaba nada extraño, sin embargo, un custodio curioso se percató que el relleno eran bolsas de marihuana, muy profesionalmente guardados.
Esto alertó a los custodios.
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