En 1980 me cruc� con algunos de los libros del Dr. Ira Progroff y con la met�fora maravillosa del roble y la bellota. De la lectura de sus trabajos surgi� esta idea. En el silencio de mi reflexi�n percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera peque�a e insignificante, pero tambi�n plet�rica de potencialidades.
Cada semilla sabe c�mo transformarse en �rbol cayendo en tierra f�rtil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llen�ndose de flores y frutos, para poder dar lo que tienen que dar.
Cada semilla sabe c�mo llegar a ser �rbol. Y tantas son las semillas como son los sue�os secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sue�os esperan el tiempo de germinar, echar ra�ces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en �rboles.
Un d�a, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sue�os se transformar�n en �rboles, y desplegar�n sus ramas que, como alas gigantescas, cruzar�n el cielo, uniendo de un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro. Nada hay que temer, ...una sabidur�a interior las acompa�a... porque cada semilla sabe... c�mo llegar a ser �rbol.