Los residentes del corregimiento de Limones, en Chiriquí, dependen del comportamiento de las mareas para poder salir o entrar a este sector fronterizo con Costa Rica. No tienen carretera y la única alternativa es aprovechar la marea baja para transitar por la playa. El problema para ellos se da cuando la marea está alta y se enferma alguna persona. Tienen que pagar hasta 30 balboas para que una lancha los pueda sacar al muelle fiscal de Puerto Armuelles.
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