La infinidad y variedad de los manglares se ha convertido en un problema para las autoridades nacionales, porque son utilizados en diversas formas y se corre el peligro de que poco a poco se pierdan.
Esto traería como consecuencia problemas económicos para miles de pescadores, y el fin de la vida de un recurso que es productor de oxígeno, estabilizador de terrenos y hábitat de un número considerable de especies marinas de alto valor.
Por tal razón, la Dirección General de Recursos Marinos y Costeros de Panamá hizo la semana pasada, en la provincia de Chiriquí, el lanzamiento del plan de ordenamiento de los manglares.
"Hemos tomado a Chiriquí, que es una provincia rica en manglares, como el piloto para iniciar este ordenamiento que servirá como punta de lanza para seguir el plan en otros sectores que también lo necesitan", indicó el director de Recursos Marinos, George Novey. Se informó que se recogerá toda la información posible, lo que permitirá hacer un diagnóstico sobre los manglares. Esto servirá para llegar a una toma de decisiones respecto a cómo establecer este control sobre el uso del recurso natural.
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