Michael, por su insomnio, suplicaba a su médico, Conrad Murray, que le diera lo que denominaba "su leche": un coctel de Valium, Lorazepam y Midazolam combinado con propofol.
El doctor admitió que llevaba 6 semanas tratando este mal de "Jacko", y empezó inyectando 50 miligramos de propofol, pero luego bajó la dosis.