El martes fue el reestreno del programa Debate Abierto - ahora una vez a la semana y en horario nocturno por RPC- después de una pésima y fracasada temporada bajo la conducción de Fernando Correa, ahora talento de TVN. De este reestreno hay mucho que decir y más que analizar porque ahí se dijeron cosas muy fuertes, se cometieron errores profesionales terribles, tanto periodísticos, como de identidad, género y producción.
Parto de que era evidente que los tres conductores nunca pudieron disimular que querían resaltar sobre el otro. El ego de cada uno pudo más. Por un lado, Guillermo Antonio Adames con sus aires de intelectualidad sacó un documento que se notó ni siquiera había comentado con sus compañeros, dejando 'al descubierto' que no existía una agenda de temas a tratar discutida entre ellos como se hace en un show "de equipo".
Atenógenes Rodríguez haciendo el papel del chévere y popular del trío, pedía públicamente - dizque de broma - permiso al gobierno para criticarles.
Massiel Rodríguez, más que co-conductora del área interactiva, parecía azafata de entrada de restaurante, y Hugo Famanía, acelerado, y por querer demostrar ser el más informado metió literalmente la pata anunciando la muerte de Roberto Durán sin corroborar -como debe hacer todo periodista que así se precie- si la información era cierta o no. Lo bueno, para Hugo, es que él no está solo y se une a Judy Meana que hace unos años, en RCM, anunció -también sin comprobar- que Rubén Blades había asesinado a su esposa. Como era de esperarse, el error de Famanía fue la comidilla, y TVN, en una actitud antiética total, se mofó de ello en sus noticiarios disfrazándolo de nota. El descaro de TVN fue que la 'reina de los errores al aire', María Pía Zubieta, fuera la que señalara de desinformar a Canal 4... ¿Caldero le dice a Paila?
Como género periodístico y televisivo, el programa ni es de opinión, ni de entrevistas, ni de análisis, ni informativo, ni de debates. Es la reunión de tres colegas que se sientan a platicar de todo un poco con un invitado sin profundizar en nada. Aquí no hubo hilo conductor ni hubo tema de fondo a tratar. De un tema se pasaba a otro y después se regresaba sin concluirlos. Desconocen, tanto sus productores como conductores, la diferencia entre un sondeo y una encuesta, cosa irresponsable porque pone la credibilidad de ese espacio en entredicho al tomar como "casi científico" 4 opiniones seleccionadas de la calle.
La musicalización utilizada para el show es totalmente anti-periodística porque no 'suena' serio, y al quitarle la original le restaron fuerza a la identidad del producto.
Pero más allá de todo lo arriba expuesto, lo que considero gravísimo fueron los mensajes subliminales entre Atenógenes y Famanía. Atenógenes, junto al Ministro de Estado invitado, le decían a Hugo "conspirador". Hugo le respondía: "tú tomas agua del mismo vaso que el ministro". ¿Qué se querían decir? ¿Cómo debe la audiencia interpretar esos mensajes "dizque" de broma? ¿Por qué la mayoría de las intervenciones de Atenógenes fueron cizañas? Fue tan desagradable la situación y el descontrol en ese set, que varios fueron los momentos en que no se le entendía nada a nadie y Adames hacía todo el esfuerzo -con seriedad- por sacar el programa adelante mientras que sus compañeros no aportaban nada. El nuevo Debate Abierto inició muy mal. Con grandes problemas de concepto, de proyección y de organización. Urge un "abierto debate" con su staff de producción. Para mí, esto fue debut y despedida.