
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Aquí, cuando lo colocaban en su silla nueva.
Saludó muy entusiasmado.
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Aquí, cuando lo colocaban en su silla nueva.
Saludó muy entusiasmado.
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Aquí, cuando lo colocaban en su silla nueva.
Saludó muy entusiasmado.
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Aquí, cuando lo colocaban en su silla nueva.
Saludó muy entusiasmado.
Don Juan lloró al recibir la silla de ruedas. Junto a él, su nieta y su hija.
Foto: EVERGTON LEMON
Aquí, cuando lo colocaban en su silla nueva.
Saludó muy entusiasmado.
Entre las súplicas de ayuda que solicitaba su hija Anayansi Vargas, estaba que alguien se solidarizara con su caso y les apoyara a conseguir una silla de ruedas.
Fue así cuando una dama, que se escudó bajo el anonimato, les donó la silla de ruedas el pasado miércoles.
Ayer al llegar nuevamente a su vivienda en el sector 28 de Fátima, San Miguelito, don Juan sintió mucha alegría y quedó llorando. “Gracias”, dijo el abuelo haciendo un inmenso esfuerzo, pues debido al derrame no puede hablar bien.
Enseguida le armaron la silla y lo sentaron para que la estrenara, que incluso le resultará más cómodo a los familiares a la hora de hacer sus terapias. Al salir de su casa estrechó la mano de cada uno de los presentes a manera de agradecimiento.