Ya acabó uno de los capítulos de la tragicomedia de Russell Crowe. El episodio del celular quedó en el pasado, ya que el actor australiano llegó a un acuerdo fuera de corte con el hombre a quien tiró su celular, por lo que no tendrá que asistir a juicio, aunque están negociando una declaración de culpa que reduzca los cargos por agresión en segundo grado. Las bolas dicen que la "indemnización" es de seis cifras, así que el conserje agredido no se puede quejar, porque le va a tocar buen "bille". Bueno, a Russell sólo le queda empezar a portarse bien.
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