Sin embargo, a pesar de las denuncias que hacen los moradores afectados, no reciben respuestas.
Ya es común observar las aguas servidas a todo lo largo de la calles 10 Santa Isabel y Meléndez, perjudicando a los residentes del sector. Esta avenida era una de las mejores en los años de 19 70 y 1980, pero ahora ya nadie quiere pasar por ella.
Los afectados tienen que ubicar parrillas de madera para no pisar esas aguas que pueden provocar epidemias a sus residentes, sobre todo a los niños.
Laura Mendoza, una de las afectadas, dijo que ya los mosquitos no la dejan dormir y a pesar que hay campañas de salud, nadie hace nada por reparar ese problema.