La justicia holandesa autorizó a un centro médico, de Groningen, la práctica de la eutanasia, bajo un estricto protocolo firmado, a niños pequeños con una enfermedad incurable que les ocasiona niveles intolerables de sufrimiento. Dicho protocolo, cuya elaboración ha requerido un año, establece de forma precisa las etapas que deben superar los médicos en un caso semejante.