No aguantó

Sevilla | EFE

El futbolista Antonio Puerta, fallecido a primera hora de la tarde de ayer, tras sufrir varias paradas cardiorrespiratorias durante el partido Sevilla-Getafe el día 25 de septiembre, Puerta pasará a la historia por el gol que marcó el 27 de abril del 2006.

Aquella noche, un excepcional boleo con el pie izquierdo del canterano en la prórroga ante el Schalke 04 alemán, clasificó al Sevilla para su primera final en 44 años y le permitió ganar la Copa de la UEFA, primer título del club en seis décadas.

Antonio Puerta Pérez, nacido en Sevilla el 26 de noviembre de 1984, fue un sevillista de cuna pese a que su padre, Añoño, militó en el Triana Balompié, un histórico filial del Real Betis.

Nacido en el barrio de Nervión, muy cerca del estadio Sánchez Pizjuán, Puertas militó en el equipo del mismo nombre hasta que fue captado para los escalafones inferiores del Sevilla, club en el que ha desarrollado toda su carrera.

Puerta debutó en Primera división el 21 de abril del 2004, de la mano del hoy entrenador del Athletic de Bilbao, Joaquín Caparrós.

En la temporada 2004-05, Puerta alternó presencias en el primer equipo con su participación en el filial, en el que un ex jugador también canterano, zurdo e internacional, Manolo Jiménez, lo mimó hasta convertirlo en el futbolista desequilibrante que acabó por ser.

Al final de esa campaña, el sevillista tuvo un papel destacado en la obtención de la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo de Almería 2005 por parte de España, en los que participó junto a su compañero Kepa Blanco.

TRAYECTORIA

Asiduo en las convocatorias de la selección Sub-21, Puerta tuvo la oportunidad de debutar como internacional absoluto en un partido oficial ante Suecia, en octubre del 2006.

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