
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Nataly pierde el balance cuando camina.
Cuando llueve, el agua se filtra en la casa.
Aquí vive la familia Rentería.
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Nataly pierde el balance cuando camina.
Cuando llueve, el agua se filtra en la casa.
Aquí vive la familia Rentería.
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Nataly pierde el balance cuando camina.
Cuando llueve, el agua se filtra en la casa.
Aquí vive la familia Rentería.
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Nataly pierde el balance cuando camina.
Cuando llueve, el agua se filtra en la casa.
Aquí vive la familia Rentería.
Al momento de la visita, Nataly estaba resfriada y con fiebre.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Nataly pierde el balance cuando camina.
Cuando llueve, el agua se filtra en la casa.
Aquí vive la familia Rentería.
La señora Jazmín Rentería, su madre, no puede ocultar las lágrimas al referirse a las necesidades de la niña, quien nació a los seis meses de gestación y padece de un retraso psicomotor global severo, lo que le impide hablar bien e incluso caminar.
Dar unos cuantos pasos le puede costar una caída a esta pequeña, razón por la cual necesita de un aparato ortopédico que está valorado en $300.00. Ella aún utiliza pañales desechables y toma mamadera. Sumado a que como padece de reflujo, necesita más de $50.00 para unos exámenes que debe realizarse, pero el dinero hace falta.
Nataly es la más pequeña de los siete hijos que tiene Jazmín y la que requiere más cuidados, por su condición, esta es la razón por la que su madre no puede tener un trabajo fijo, ya que no cuenta con alguien para que se la cuide. Su papá está detenido.
Ella había sido remitida para que asistiera a clases de estimulación precoz, pero para llegar a la escuela, deben viajar en taxi, lo que incrementa los gastos en el hogar.
“Yo no quiero que ella crezca así”, dijo con voz melancólica Jazmín, quien también desea una mejor casa para su familia, en un sitio más seguro, porque donde viven desde hace ocho años, hay constantes balaceras que ponen en peligro tanto a ella como a su pequeña Nataly.