Acabaron unos Juegos Olímpicos que en el balance fueron buenos para nuestra pequeña delegación. Desde ya hay que empezar a trabajar y tomar el ejemplo de los carnavales, que apenas terminan se empieza a buscar a la reina del siguiente año.

Por ello, nuestros dirigentes deben empezar a meterle la mano a los coliseos deportivos y a ver algunos atletas que puedan iniciar un ciclo olímpico; además de trabajar e invertir en ellos, como se invierte en otras cosas del país.

Esos cuatro jóvenes que pusieron a todo un país a vibrar cada vez que salían a competir de tú a tú contra verdaderos monstruos del deporte, son dignos de alabar.

Se preguntarán amigos ¿por qué son dignos de alabar si no hay medallas?

Porque ellos son atletas, y a la misma vez son embajadores de nuestra cultura deportiva, son la cara de la realidad que vive nuestro país, pero aún así ellos afrentan los retos y tratan de hacer lo mejor. En todas las disciplinas deportivas siempre el atleta sacrifica y aún existen personas que quieren que un atleta mal alimentado, mal pagado, mal entrenado, que entrena con un carrilete de alambre vaya y le gane la medalla a un atleta que es entrenado y alimentado científicamente. Para este nuevo ciclo, creo yo, y sabemos todos, que en Panamá existen muchos atletas, que si se invierte en ellos podemos tener atletas de muy buen nivel, y quien quita que en Beijing 2008 ganemos una medalla señores.