DIAaDIA
El equipo de atletismo de Panamá se despedía tímidamente de la Villa Deportiva de Codicader, para abordar en ciudad de Guatemala el ave de acero que los regresará a casa. Al final del desayuno, un grupo de atletas recibió la mejor noticia: ¡Saladino es campeón mundial!.
Los chicos colgaron una sonrisa en sus rostros, sobre todo Jamal Bowen, también de Colón, entrenado por el mismo técnico, Florencio Aguilar y, como siguiendo sus pasos, especialista en el salto largo. Como Irving, empezó en los juegos Codicader.
El joven saltador, de 16 años, no dudó en decir la frase que queríamos escuchar: "yo quiero ser como él".
"Ha sido una victoria muy importante para el deporte panameño. Para nosotros es una emoción. Usted sabe que no todos los días un panameño es campeón mundial", señaló el también colonense.
"Este triunfo es una alegría para Panamá, tenemos que celebrarla, porque ser campeón mundial es un síntoma de que otros podemos serlo", señaló.
ÍDOLO
Sobre su meta en igualar a Irving, indicó que "claro que quiero, él me da buenos consejos, me dice que entrene, que hay que seguir adelante, es una buena persona. Le doy seguimiento a sus competencias, me gustaría imitarlo, es un buen ejemplo".
"A mí, Florencio (el entrenador) me dice que tengo futuro, que entrene fuerte; yo lo hago, ahora más. Acá en Guatemala gané el oro y tengo que seguir mejorando", acotó un tímido Bowen, quien hasta en eso se parece a Saladino.
Y es que Jamal logró un salto de 7.34, récord Codicader, su más próximo rival sólo saltó 6.77. Ya el joven panameño es superior en Centroamérica. Ahora le toca seguir los pasos de Saladino, quien conquistó Osaka y el corazón de un istmo.
Jamal quiere imitarlo, es un buen ejemplo. En sus piernas podemos tener a otro canguro, pues la historia se puede repetir en espiral. Gracias Irving y mucha suerte Bowen. ¡Tú puedes muchacho...!.
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