La vida le ha jugado una mala pasada a Elvia Quintero, pues vive sumergida en la extrema pobreza, y por si fuera poco sufrió un derrame cerebral, que le dejó secuelas en sus extremidades. La impotencia también rodea a sus dos hijos, ya que lo que lo poco que ganan es para su subsistencia. Autoridades reconocen que su morada es infrahumana.