
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
´Los residentes estaban muy molestos.
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
´Los residentes estaban muy molestos.
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
´Los residentes estaban muy molestos.
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
´Los residentes estaban muy molestos.
La pequeña hasta que sudaba.
Foto: ROXANA PALACIO
´Los residentes estaban muy molestos.
Sin saberlo, formó parte de la lucha. Una bebé de meses de nacida dormía la siesta sobre ardientes rocas calentadas por el fuerte sol de la tarde en Bocas el Toro. La bebita era hija de uno de los más de 50 indígenas de la comunidad de Charco de la Pava, quienes ayer cerraron las vías de acceso hacia la empresa de generación eléctrica AES.
La falta de una niñera hizo a la inocente formar parte de una batalla de adultos. Su frente estaba tapada por un gorrito y sus piernas por un pañal. Junto a ella, estaba un sujeto que posiblemente, era su padre. Él yacía sobre un delgado cartón, estaba profundamente dormido.
Quieren respuestas
El dirigente indígena, Ernesto López, expresó que los proyectos de hidroeléctrica en la zona han perjudicado en sobremanera los caminos hacia sus comunidades, lo que dificulta el acceso de los moradores. Dijo que desde hace más de un año, los dueños de la empresa se comprometieron a arreglar las calles, pero esto no ha sido así.
Sostuvo que otra de las promesas que no se han cumplido es la construcción de servicios sanitarios decentes para los pobladores. “Hasta que la presidencia no nos de respuesta, no nos moveremos de aquí”.
Este medio trató de buscar información por parte de la directiva de la empresa, pero no contestaron los teléfonos.