Las horas, los minutos y los segundos están contados. El día definitivo para nuestra selección nacional de fútbol se acerca y ya es muy poco lo que queda por hacer.

A partir de hoy me dispongo a disfrutar de 15 días de merecidas vacaciones, pero no podía irme sin antes plasmar mi respectivo punto de vista sobre el difícil partido que se avecina para nuestro elenco.

Todos estamos conscientes que éste significa el juego de la vida, de la esperanza, el juego que decidirá el futuro de nuestra querida representación en este largo bregar hacia el Mundial de Alemania 2006.

Llegamos al partido ante los ticos con tan solo dos puntos y la baja sensible del hombre cerebro del elenco, Julio Medina III. Además, tenemos a 10 hombres pintados de amarillo, aspecto que complica en gran manera nuestra situación, pues no sólo habrá que buscar los goles y frenar a los contrarios, sino marcar cuidadosamente para así evitar salir expulsados.

Por eso, más que pensar en el apoyo que le pueda brindar la afición panameña al onceno ésta sábado, será importante que los muchachos hagan caso en lo que siempre ha insistido el "Panagol" y tengan bien claro que la concentración dentro del terreno de juego, así como el orden será un aspecto crucial para conseguir el objetivo... los tres necesitados puntos. Muchísima suerte muchachos y que Dios los ilumine.