Miembros tailandeses de Greenpeace sostienen una papaya genéticamente modificada (GMO), con un reloj lleno de cables, simulando una bomba, frente al Ministerio de Agricultura de Bangkok, Tailandia. El gobierno ha optado por el establecimiento de un comité nacional de académicos para estudiar el movimiento. A pesar de la fuerte presión para la política desde la semana pasada, el gabinete decidió no considerar la resolución de la Agencia de Desarrollo Científico y Tecnológico, de elevar la actual prohibición sobre experimentación con campos de cultivos GMO.
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