En la infancia

Redacción | DIAaDIA

"A sus pies, la marea iba borrando los nombres de todos los niños, escritos uno tras otro en la arena, que como cada año rubricaban con sus trazos inciertos la despedida, el adiós al último día del verano". Jesús Fernández Santos

Recuerdo que cuando niño, al amanecer, después de una noche de lluvias, el patio de mi abuela parecía ser un enorme prado dorado; eran los mangos maduros que habían caído y que refulgían entre el verde del césped. ¡Qué iba a saber yo de contrastes y teoría de colores! Pero cada mañana lluviosa gozaba con el espectáculo de ver tanta fruta dulce que apenas un día antes estaba muy lejos de mis manitas. Eso definitivamente debía ser obra y efecto de la magia.

Es que sólo con los ojos de la infancia se puede apreciar cómo un cometa piropea a una estrella, o cómo las letras se organizan para rescatar a una compañera en desgracia, o cómo una flecha alcanza la luna y hasta cómo un perrito salva la unidad de una linda familia. Sólo con los ojos de la infancia todavía es posible el milagro.

Tal vez el reto para nosotros los adultos es volver a ver con mirada de niña y niño el mundo que nos rodea. Pero... de nuevo el bendito pero. ¿Acaso nosotros los adultos estamos permitiendo que los niños vean el mundo con ojos de niños?

Los casos de pederastas son cada vez más comunes en los medios de comunicación. El trabajo infantil junto a la deserción escolar van en franco aumento. El mercado considera a los niños consumidores por excelencia de, entre otras cosas, comida chatarra y juguetitos fabricados por otros infantes. Los padres y madres de familia, me parece, que en el mejor de los casos prefieren ser los amiguitos de los niños y no los adultos que velan porque los infantes aún puedan ver el mundo con los ojos mágicos de la niñez.

En realidad, creo que, además de ser felices nosotros con la magia de ver el mundo con ojos infantiles, debemos esforzarnos mucho más por velar para que los niños y las niñas sigan siendo niños y niñas.

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados