Una comunidad, donde las carencias están a la orden del día.
Curundú es un corregimiento sumergido en la delincuencia, drogadicción, desempleo, insalubridad, entre otros problemas. Como siempre, la basura se los está tragando.
QUEJAS
Itzela White, moradora del lugar, dijo que el carro recolector de basura no está llegando al área de Nuevo Tívoli. Para rematar, hay un lote baldío donde los mismos residentes depositan la basura; además, el herbazal ha crecido.
Los malos olores que produce la basura acumulada y en descomposición están afectando la salud de los niños. Algunos se han enfermado de hepatitis.
AYUDA
Además del peligro de las bandas rivales del lugar, a un costado de las barracas de madera podrida existe un muro que está "mírenme y no me toquen". Las personas que pasan por allí ven el muro como un peligro potencial, porque en esa área siempre juegan los niños.
Los moradores de la barraca Nuevo Tivolí manifestaron que han solicitado ayuda a las autoridades para ver cómo los ayudan con las reparaciones, pero no han recibido respuesta.
META
White destacó que uno de los sueños de la comunidad es poder tener un parque donde los niños jueguen libremente. Actualmente, lo hacen en los callejones, expuestos al peligro.
Pese a estos inconvenientes, en los rostros de muchos curundueños se nota la esperanza de tener un mejor barrio.
RESPIRO
Recientemente, se firmó un convenio de paz entre las bandas rivales del área. Ahora los niños juegan libremente.
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