Residentes en las barriadas Santa Mónica y Jesús Nazareno, ambas ubicadas en la ciudad de Santiago, han abandonado sus casas porque ya no aguantan los malos olores causados por el desbordamiento de aguas negras, y por el mal estado de las carreteras.
María Díaz, moradora afectada, señaló que las 25 viviendas han sido desvalijadas por delincuentes.