Por la pobreza en la que viven, unos 350 niños en Veraguas trabajan para apoyar a sus padres en el hogar.
Según un estudio realizado por Casa Esperanza, la mayoría de los pequeños tienen entre siete y quince años; laboran en las calles vendiendo frutas, limpiando zapatos o cuidando autos en los estacionamientos.
Roxana Méndez, directora Ejecutiva de Casa Esperanza, manifestó que en unas 17 escuelas primarias, la mayoría en la ciudad de Santiago y otras en el distrito de Cañazas, se detectó el problema.
Personal capacitado acudió a sus casas para hablar con los padres y algunos niños se integraron a los estudios.