A diferencia de lo que muchos creerían, el concierto de Marcos Witt no estuvo ni cerca de lo que se conoce como aburrido. Muy por el contrario, la alegría, el entusiasmo y la euforia estuvieron en las casi dos horas y media que duró el espectáculo.
En realidad, fue un evento mágico, imagínense que las luces del escenario figuran una luz del cielo que se posaba sobre la cabeza del mexicano Marcos Witt, quien con bandera en mano y mientras interpretaba "Sana nuestra tierra", oraba por Panamá. Los ritmos varían entre salsa, pop, baladas y muchos géneros más, pero todos dirigidos en alabanza a Dios. Lo más sorprendente fue ver a cientos de personas danzar al son de la música, ya fuera agitando sus cabezas, moviendo sus manos o saltando. ¡Fue increíble!
Witt interpretó temas como "Dios de pactos", "Tengo libertad", "Vivifícame" y más. ¡Ah!, y les cuento que el típico coro de: "otra, otra..." no faltó, provocando que Marcos regresara para cerrar con broche de oro con el tema "La luz". Fue entonces que las luces se apagaron y a falta de velas, los presentes encendieron sus celulares, lo que llenó aún más de gozo el ambiente. ¡Tremendo!
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