Agotados del sexo explícito, la pornografía y la violencia, los neoyorquinos descubren en la magia y la sutileza, que son la esencia del cabaret y el circo, una nueva alternativa de apreciar el arte escénico.
El teatro de variedades, que a estas alturas podría considerarse pasado de moda, está cautivando a un creciente público en la Gran Manzana.
|