El Personaje

“Deslealtad y Mal Negocio”


Por: EMMOLIÉRE - DIAaDIA

La semana pasada hablamos acerca de las buenas propuestas y opciones en el mundo artístico teatral, y tratamos de motivar a los lectores a apoyar dichas obras, a aprender de ellas y a entretenerse entre sus seres queridos.

Ojalá hayamos logrado eso. Ahora bien, es necesario tener presente que también se producen trabajos que dejan mucho que decir de manera negativa. No voy a mencionar ninguno. Ustedes sabrán determinar cuáles, una vez vistas y oídas, pero lo que sí cabe mencionar y resaltar es la mala voluntad de algunas personas que creen haber visto y encontrado en el teatro una fuente de riqueza y de fama. Y es que, aprovechando el interés de la población por ir a ver obras teatrales, presentan a la audiencia propuestas muy mal desarrolladas. Hay quienes cobran por ver un montaje, un dineral por gente que ni es profesional, que no tienen idea de lo que significa el teatro en sí, o meramente, no tienen nada que compartir o presentan trabajos mediocres, sin mensaje, sin ton ni son. Sí, también hay algunos muy buenos, pero tan costosos para el bolsillo de los que menos tienen, privando la oportunidad a la mayoría de vivir una grata experiencia teatral, porque el asunto es: “Negocio”. ¡Ah! Pero qué les digo de aquellos que son tan desleales que hacen un daño al teatro y al desarrollo de las artes en Panamá, cuando queriendo competir y atraer público (sobre todo para con los colegios en materia didáctica), ofrecen un montaje barato, tan malo muchas veces, que cuando otros vienen a proponerles a esos mismos grupos, son rechazados porque creen que son iguales de baratos y de malos. E igual sufren aquellos que les proponen algo bueno y profesional, porque consideran que el costo es mucho, a diferencia de aquel que les propuso antes. Y la interrogante queda en el aire: ¿Qué hacemos? ¿Cómo cambiamos esto? El espectador juzga por lo que recibe, pero es necesario permitirle que juzgue. Deje ver y escuchar. Necesitamos volver a antaño cuando se llevaba buenos espectáculos, incluso de manera gratuita. Pensemos en el objetivo y no en el fin... Por el momento, hagamos la prueba en mejorar el nombre que se le da al teatro en Panamá. Enfoquémonos, y que valga la pena según los esfuerzos y la entrega.

¡Nos vemos entre butacas!

 
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