Dejó de existir. Un gato y una rata fueron los últimos inquilinos en salir de la famosa "Casa del Mimbre", luego de cinco horas de esfuerzos para su demolición ayer. A las 9:00 a.m. empezó la operación, trataron de que colapsara con un proceso de implosión; es decir, ataron sogas a las bases de esas viejas infraestructuras y las jalaron con la ayuda de un camión; pero, luego de muchos intentos, no fue hasta la 1:45 p.m. cuando cedió el último tramo de este caserón con la ayuda de tres retroescavadoras. Estos trabajos de demolición estuvieron coordinados por el MIVI, SINAPROC, Junta Comunal y el Cuerpo de Bomberos.
Balbina Herrera, ministra de Vivienda, manifestó que tratará de eliminar estos viejos caserones, pues Panamá es un país de turismo y esto es contraproducente. Expresó que los trabajadores del mimbre seguirán laborando allí en unos módulos especiales y los habitantes de este caserón estarán en pensiones por dos meses hasta darles una solución habitacional.
El presidente Martín Torrijos llegó a la demolición y dijo que estará en las comunidades no sólo cuando ocurran desgracias.
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