Una bandera roja, lo distingue entre un grupo de vendedores. Se trata de Eleuterio Figueroa, que también se diferencia de los demás por ser el único que vende plantas ornamentales y medicinales.
Diez años ha dedicado a la actividad; esto lo ha ayudado a tener su propio vivero, que aunque pequeño es la fuente de su negocio, pues le ha dado de comer a su familia por años.
A la orilla de la vía Panamericana, por la 24 de Diciembre, están establecidos estos pequeños comerciantes que luchan por tener un lugar estable. Sabe que si los trasladan a otro sitio, no venderán igual.
Eleuterio confesó que no se vende mucho, pero siempre tiene una variedad de plantas para sus clientes. Vende ruda, hierbabuena y albahaca morada, entre otras plantas, que las acompaña con la tierra negra.
Hombres y mujeres son sus compradores. Los precios varían, las rosas y camarones están entre los B/.3.00 y en 20 dólares la palma roja. Para que la gente las compre, primero hay que encariñarse con las plantas, el colorido de sus flores y el verdor de sus hojas.
Su esposa lo ayuda en la venta. Paga junto con los otros vendedores a un celador para que cuide la mercancía.
"No nos hacemos un sueldo, a veces llegamos a 40 dólares semanales. La proliferación de proyectos habitacionales en el lugar ha sido una inyección al negocio, porque la competencia es muy nutrida. Paciente espera a sus clientes en su puesto de la 24 de Diciembre.
CONSEJOS
Además de ofrecer las plantas, les da algunos consejos sobre el poder curativo de éstas.
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