Soledad. En un recorrido por el Mercadito de Calidonia, encontramos a la señora Juliana Vda. de Aguilar, de 86 años, quien contó que desde 1954 tiene un puesto de buhonería en ese sitio.
Pero, actualmente, la situación se le ha tornado difícil, pues el negocio ya no es rentable y a veces sólo recoge dos dólares al día, dinero que no le alcanza ni para la comida.
VIVE CON MIEDO
Juliana vive sola, nunca tuvo hijos y hace cinco años su esposo murió. Pero ese no es el problema, en realidad a lo que ella teme es a quedarse sin un lugar donde vivir.
Antes de que falleciera el esposo de Juliana, ellos aceptaron que viviera en su residencia un joven que fue criado por el sobrino de ella. Al parecer, andaba en malos pasos y un día robó los papeles de la casa y la puso a su nombre.
No fue hasta años después (2004), cuando se dio cuenta de lo que había sucedido.
Gracias a un abogado que pagó la hijastra, Juliana aún vive en su casa, ubicada en Veranillo. Sin embargo, teme que el joven vuelva y la saque de allí.
AGOTADA
"Me siento enferma, siento decaimiento, cansancio y a veces no salgo a vender porque casi no puedo caminar", dijo la anciana.
Ella necesita muchas cosas, principalmente, artículos de aseo personal y comida, porque aunque a veces sus vecinos le ayudan, hay días que no tiene qué comer.
AYUDA
"Pido a las autoridades que no me quiten mi casa", dice Juliana.
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