Un trabajo inusual, pero necesario. A sus 75 años, Darío Ruiz Herrera, no ha parado de trabajar, prueba de ello es que diariamente usted lo puede ver con sus instrumentos para afilar cuchillos, machetes, serruchos y tijeras.

Oriundo de la provincia chiricana, este señor se internó en el corregimiento de Chilibre desde 1965, por eso hace 43 años inició con el negocio de afilar.

Sus nueve hijos, que ya están grandes, fueron criados gracias a su trabajo y esfuerzo.

Cerro Viento, Tocumen, San Pedro, Torrijos Carter son algunos de los lugares donde Ruiz tiene clientes fijos, cada cierto tiempo él va a sus casas a brindar sus servicios que también incluye la venta de fogones.

La vida de este señor no ha sido fácil, como estuvo durante años ciego, comentó que un sobrino le quitó la casa aprovechándose de su situación. En este tiempo su cuñada era quien le ayudaba, pues su esposa falleció.

Gracias a un programa de la Primera Dama viajó a Cuba, donde le operaron el ojo derecho, "por ese ojo veo clarito", expresó. Espera tener la oportunidad de viajar nuevamente para recuperar la visión en el otro ojo y así trabajar mejor.

Como todo ha subido, el señor Darío, quien también hace trabajos de albañil, ha sido afectado por la inflación. El cemento aumentó de precio, vale 30 centavos la libra y con ese material es que se hacen los fogones, que son confeccionados en tanques, donde va la parrilla, explicó.

"Todos los días me levanto temprano y viajo de Chilibre a distintos lugares a trabajar, hay que ganarse el pan", aseguró.

COSTOS

Para afilar, el señor Darío cobra 50 centésimos. Los fogones valen B/6.00.