Es cuestión de técnica y mucha práctica. (Foto: AGUSTÍN HERRERA)
Milagros Murillo F.
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"Mientras más sudor en la práctica, menos sangre en la batalla". El teniente Jorge Luis Bryan es instructor de los aspirantes a "linces", quienes deben pasar por un arduo entrenamiento durante tres meses.
Para ingresar, deben tener por lo menos dos años de servicio en la Policía Nacional, pero muchos de ellos ni siquiera saben conducir una moto, por lo que allí se les enseña.
A las 4: 45 a.m. inicia la faena de los aspirantes quienes empiezan a hacer los ejercicios, luego se asean y desayunan. A las 8: 00 a.m. trotan hasta el área de instrucción donde empiezan los entrenamientos que se basan, primero en el dominio de la moto (equilibrio), los tipos de abordaje y desabordaje (subir y bajar de la moto), cómo esquivar los carros, la utilización del arma, realizar los disparos, la velocidad, entre otros.
Las dos unidades que están en la motocicleta deben saber manejar y dominar la técnica de ser "parrillero", quien es la seguridad del conductor y debe hacer la mayor parte de las maniobras. Ellos se comunican mediante señas y toques.
A eso de las 5: 00 p.m. suspenden, viene la cena y se van a descansar. "Ellos en el día se entrenan fuerte, pero hay descanso en la noche para nuevamente empezar el otro día", aseguró Bryan.