
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
El río Zaratí es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde.
Más de dos mil campesinos están incomunicados por la caída de dos puentes peatonales en el norte de Penonomé. Las fuertes lluvias provocaron la suspensión de clases en algunas escuelas campesinas y unas mil personas sin agua tras la crecida del río Zaratí.
En la comunidad de Oajaca, en Chiguirí Arriba del norte de Penonomé, dos puentes colgantes fueron arrastrados por el río Zaratí que, además, se llevó el arroz a punto de cosechar y plantaciones de café que serían recogidas para vender en los mercados de Penonomé y Panamá.
El personal del Sistema Nacional de Protección Civil de Coclé se trasladó al área y realizó una evaluación, y hasta orientó a los campesinos para que no intenten cruzar el río crecido.
También determinó que no es conveniente que la escuela reciba a los estudiantes, pues unos cien niños tienen que cruzarlo para llegar a la escuela de Oajaca.
Román Rodríguez, campesino de ese lugar, informó que se mantienen sin comunicación y si el MOP o autoridades competentes no los visitan, seguirán apartados hasta que baje el cauce del río y ellos puedan cruzar por sus aguas o hasta que deje de llover, lo que ven difícil porque el mal tiempo continúa.
La destrucción de ambos puentes en Chiguirí Arriba mantiene aisladas a muchas comunidades y las clases se suspendieron en Oajaca, para evitar que los niños sean arrastrados por el río al intentar pasar para cumplir con sus deberes.
Según los campesinos, este río es muy peligroso y temen que nuevamente se desborde y arrase con lo poco que quedó de estos puentes colgantes, además de que no se puedan reparar y ellos se mantengan por meses apartados hasta que pase el invierno.
Sabina Rodríguez, lugareña de la comunidad de Oajaca, señaló que ellos siguen sin agua y esto les preocupa porque pueden ser afectados con diarreas y vómitos, por consumir el vital líquido inadecuadamente.
“El agua está sucia y ya no sabemos qué hacer, somos campesinos y necesitamos ayuda de las autoridades”, sostuvo.