Moza, te escribo para decirte en primer lugar que me encanta esta columna y para contarte un problema que quiero que me ayudes a resolver. Sucede que estuve unido con una mujer con la que duré como un año. Nuestra relación se acabó, no porque hubiera otra mujer, sino porque ella era muy agresiva, celosa y hasta llegué a creer que estaba enferma.
Un día llegué tarde a casa y me hizo un escándalo que creí que me iba a matar, en su enojo rompió varias camisas y pantalones de mi ropero y hasta agarró un cuchillo y me amenazó.
Después que nos dejamos, creí que toda acabaría allí; pero, ¡qué va!, esa mujer me persigue en todas partes y me llama al trabajo. Cuando salgo está afuera y eso me tiene un poco alterado. Nosotros terminamos hace un año y ella sigue haciendo esas cosas. No quisiera tener que ir a las autoridades, pero la verdad ya no la soporto. La última vez que la vi casi le pego, pues llegó hasta donde estaba, me gritó muchas obscenidades, me mentó a mi padre y después me dio un bofetón. Dame un consejo Moza, estaré esperando. Chao, Gabriel.
TIENES QUE IR A LAS AUTORIDADES
Mira Gabriel, entiendo tu posición de no querer ir a las autoridades para que tengan un careo en la Corregiduría, pero piensa que tu vida corre peligro por causa de esa mujer.
Sólo imagínate el día que tengas otra pareja y se dé cuenta, le puede hacer un daño y eso no es normal. No entiendo su actitud, pues ya ha pasado un año; por eso creo que debes ir a las autoridades, aunque no te guste la idea, ya que no encuentro otra solución, sácale una boleta.
Piénsalo, porque podría hacer un espectáculo en tu lugar de trabajo y te botarían. Tienes derecho a rehacer tu vida, si no te liberas de esa mujer, jamás lo harás, estoy segura. ¡Suerte!
|