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Tres historias, un mismo problema
El amor entre Argelia y Luis los ha ayudado a salir adelante. (FOTOS: GABRIEL ARAUZ)

Viola Guevara Gallimore | DIAaDIA

"Volver a escuchar es un deseo muy especial para mí, quisiera que se cumpliera rápido, lo deseo con todas las fuerzas de mi corazón", estas son las palabras de Argelia Garrido de Araúz, una joven que desde hace nueve años no percibe los sonidos de la naturaleza ni puede gozar de una agradable música y ni siquiera de los estruendos que a diario se oyen en la calle.

Ella sufre de sordera profunda severa, que se produjo a raíz de una simple infección en el oído que, poco a poco, le fue quitando el sentido de audición, que no puede ser reemplazado con un audífono, sino que, debido a la severidad, lo único que le devolverá la audición es un implante coclear.

Entre señas y las pocas palabras que pudo pronunciar, Argelia contó todo lo que ha hecho para poder conseguir fondos para el dispositivo que cuesta 21 mil dólares.

Ella pertenece a la Fundación "Oír es Vivir", en el que participó de un concurso de vender calcomanías para ganarse el implante que la asociación logró conseguir. Ella recorrió los pueblos de Macaracas, en Los Santos, vendiendo la calcomanía de la fundación, y aunque no fue la ganadora, no pierde las esperanzas de que alguien la ayude.

EL AMOR HA SIDO EL SOPORTE

Argelia tiene más de cinco años de estar casada con Luis Araúz, a quien no le importó su discapacidad para darle su amor, ya que el incidente sucedió antes de que se unieran. Luis confesó que el amor ha sido el soporte de todo, el apoyo que le ha dado. Fue admirable ver cómo se hablaban entre señas y cada uno se entendía perfectamente.

VOLVERA A ESCUCHAR

Amarilis Batista, de siete años, está en la misma situación que Argelia. Cuando tenía once meses de nacida, una meningitis le arrebató el sentido de la audición, pero en las primeras semanas del próximo mes de octubre será operada para instalarle un implante coclear. Ella fue la ganadora del concurso en el que participaron 13 personas con la misma discapacidad.

Jenny Bernard, madre de la menor, manifestó que han sido años difíciles, en los que ha tenido que ver a su hija jugar sin poder disfrutar de su entorno. Además, explicó que para poder llegar a vender las 11 mil calcomanías que la hicieron ganar realizó venta de comidas criollas, recolección de dinero en alcancías para lograr el implante.

ESPERA QUE SE ACUERDEN DE ELLA

Joselin Moreno, de tres años, tampoco puede escuchar y es mediante gemidos como se comunica con su madre Marixenia Ortega. Sus ganas para que su pequeña pueda oír son tantas que cuando el presidente Ricardo Martinelli realizó su primer gabinete en Las Garzas de Pacora, ella le dio una carta explicándole su situación. A la semana la llamaron para decirle que su caso era aceptado, pero que sólo falta la aprobación del Presidente para que su hija reciba la ayuda que necesita. En su rostro era notable la desesperación de que le den una pronta respuesta.

NO CUENTAN CON APOYO

La doctora Cynthia Guy, presidenta de la Fundación Oír es Vivir, explicó que a diferencia de otras discapacidades, como la ceguera, la falta de audición aleja a la persona del entorno. La doctora reiteró que no cuentan con el apoyo de entidades del Gobierno como la Secretaría de Discapacidad para ayudar a los 314 pacientes que han atendido.





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