Su vida se transformó para la gloria de Dios. "Antes era rebelde, por cualquier cosa me molestaba y hasta era hipócrita; decía que amaba a mi esposo y a mi hija, pero no lo sentía de corazón".
Así lo declaró Nereida Caballero, quien en la tarde del pasado 23 de julio percibió un olor a rosas perfumadas y, al mirar la pared, cerca de una de las ventanas de su casa, descubrió una imagen similiar a la del Sagrado Corazón de Jesús. Su casa está ubicada en la manzana Nº9 de Felipillo.
Nereida manifestó que su vida estaba llena de preocupaciones, y clamó al Señor para que le iluminara. "Desde ese momento, mi forma de pensar se fue transformando, ahora puedo decir que amo porque lo siento; si uno no se ama a sí mismo, no se puede dar amor a los demás", explicó.
Una vez se esparció la novedad por Felipillo, montaron un altarcito y por 15 días cantaron y rezaron a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Nereida indicó que antes de esa vivencia quería irse de Felipillo, pero desistió de esa idea. También se ha propuesto luchar por su familia y trabajar según la voluntad de Dios.
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