"Lamentablemente hoy, y como resultado de todos los fenómenos de la globalización, de las posibilidades tecnológicas que tienen los medios de comunicación, en la mayoría de los casos se transmite un mensaje cultural que ya se identifica como basura cultural, la world culture.”
RAFAEL BERNAL ALEMANY
Podría mencionar muchos programas televisivos que expresamente defienden la idiotez y atacan, por aburrida, a la reflexión. Igual podría hacer con varias decenas de juegos, de esos conocidos como trivias, que consisten en memorizar una gran cantidad de datos que no necesariamente se traducen en conocimiento. Porque el conocimiento es otra cosa. ¡Y no tiene por qué ser aburrido! A propósito, me imagino que la palabra trivia proviene de trivial, que se refiere a algo que no sobresale de lo ordinario y común, que carece de toda importancia y novedad. Lo que se me hace un poco difícil es hacer un listado de actividades recreativas que conlleven crecimiento personal. Aunque de repente sí lo podría hacer. ¿Y saben por qué? Porque las personas que quieren crecer buscan y buscan, y si no encuentran, se las inventan.
Quisiera mencionarles a dos inventores de este país. El primero se llama Héctor Collado, él es un poeta que ha ligado su existencia a la promoción de la literatura a través de seminarios de creación literaria y de lectura; los primeros para formar escritores y los segundos para animar a la lectura como hábito. Recuerdo que se inventó dar un taller de poesía en el Teatro Universitario al Aire Libre, ubicado en las faldas de la famosa Colina de la Universidad de Panamá. El segundo es el profesor Ricardo Ríos Torres quien, a partir de una clase de cultura general de una universidad privada, se inventó uno de los movimientos culturales más pujantes en estos momentos en la república panameña: los círculos de lectura. Estos dos ejemplares ciudadanos me dicen con sus invenciones que todavía Homero Simpson no es el dueño del mundo.
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