¿Después que usted utiliza el cepillo de diente, acostumbra a guardarlo sin protección junto con los de su familia? No lo haga más.
En los cepillos dentales, cientos de microorganismos permanecen vivos y algunos hasta se reproducen, gracias a que el contacto diario con la boca, la saliva y los restos de los alimentos, los provee de condiciones adecuadas para sobrevivir.
Cualquier persona está en riesgo de contraer infecciones que causan enfermedades en las encías, en la garganta y en los dientes al entrar en contacto con un cepillo de diente contaminado. Por estas razones, usted debe guardarlo en el estuche en que viene o si no procure envolverlo en papel aluminio.
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