Una gran docente

“Cuando uno da amor, recibe amor”. Para la maestra Idalia de Martínez, de 43 años, no hay nada que la apasione más que poder educar a sus niños, pues desde muy pequeña supo que lo suyo era la educación.

Esta talentosa maestra nació en la tierra del bollo y el chicheme, y desde allá se desplaza todos los días a la comunidad de Santa Clara, Arraiján, para atender a sus pequeñines del primer grado del Centro Educativo Básico General Santa Clara.

Su primera experiencia educativa la tuvo en la Escuela Octavio Méndez Pereira, después fue trasladada a Guna Yala.

En estos menesteres, Martínez lleva ya 11 años, y a pesar de las vicisitudes no se arrepiente de haber abrazado la educación, pues es la profesión que llena su corazón.

Otra de sus pasiones es el típico, aunque confiesa que de niña nunca tuvo la oportunidad de bailarlo, esto no le impide que le enseñe a sus estudiantes.

Su meta a futuro es volver a las aulas universitarias para estudiar una diversificada en español, sabe que ese reto no será fácil, pero confía en que con el favor de Dios, saldrá adelante.

Esta abnegada docente solo le pide al Todopoderoso que la siga bendiciendo con mucha sabiduría y salud, para poder transmitirles sus conocimientos a sus estudiantes.

Ella se siente afortunada de poder trabajar en la Escuela Santa Clara, porque con su trato amable a sus alumnos se ha ganado su cariño y el de sus padres.

Es por esto que pondrá todo su empeño para que sus pequeños sean hombres de bien y que de adultos sean productivos para el país. También para que puedan ayudar a sus padres y sean unos excelentes profesionales.