El fútbol es y será la pasión que arrastra multitudes. Pero muchos dicen que sin cervezas, no arrastra a nadie.
La ley seca cayó ayer sin piedad sobre el estadio Rommel Fernández Gutiérrez, como aquella famosa "Mano dura" del pasado gobierno.
La decisión de no vender licor dentro del estadio fue tomada por el veedor del juego entre Panamá y Estados Unidos.
Sin lugar a dudas, fue una bomba que sorprendió a miles de fanáticos y, sobre todo, a aquellos humildes panameños que iban a buscar un pequeño sustento para su hogar con la venta de las "bebidas refrescantes".
|