La perla

Redacción | DIAaDIA

Cierto día, un tratante en joyas vio en un huerto algo que tenía asomos de ser una perla, se acercó a comprobarlo y al cerciorarse de ello, decidió adquirir el campo.

Como era un hombre honrado, no quería engañar al propietario del terreno (que como tierra de cultivo era de valor nulo), así que decidió que le diría el motivo de la compra.

Fue pues junto al propietario, quien ignoraba lo que había y buscaba un tonto para venderle una tierra incultivable.

Pidió una cantidad exorbitante, algo que nadie pagaría por un buen terreno, y menos por uno como aquel, si no fuera por la perla.

Jaime, que así se llamaba nuestro protagonista, le dijo: "Tenga en cuenta que en el campo hay"... No pudo acabar la frase, no le dejó, "o lo toma o lo deja, no estoy para oír cuentos". Jaime lo tomó, aunque para ello tuvo que vender casi todo lo que tenía. Pero la perla valía 1000 veces más, era única.

Jaime se hizo rico y célebre con la exposición de la perla, que no vendió nunca. Llegó a recuperar lo vendido. En cuanto al vendedor del campo, recibió sí una buena cantidad de dinero, pero lo gastó enseguida, y cuando se quiso dar cuenta sólo quedaban campos como el suyo, pero sin perla.

Conclusión: En todos nosotros hay una perla escondida, tenemos un gran tesoro que no podemos vender así nada más, tenemos que cuidarlo. Aunque nos parezca que lo vendemos caro, siempre será muy barato.

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