Cual si fuera la ilusión del primer noviazgo, los panameños tuvieron un romance con la Selección Nacional de Fútbol, donde cada uno andaba embobado, con el alma al vuelo y el cuerpo en el estadio, esperando con el corazón en la mano que se hiciera realidad el sueño de llegar por primera vez a un mundial. De repente, una de las partes no pudo dar más, y cayó ante Costa Rica y luego ante México, rompiendo el corazón del amante, que se siente triste, dolido, y hasta defraudado. Pero tal como ocurre cuando ese romance es entre dos, el amor está allí, y perdona las fallas. Con el tiempo, el recuerdo de los mejores momentos, cuando la ilusión alimentaba la relación, es lo que prevalece en el corazón, porque al fin y al cabo, todo el que ama, sufre, como lo hace hoy la afición.